Monday, January 30, 2006

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Saturday, January 28, 2006

Al natural

El sonido se dejaba adivinar, honesto, suavizando el contorno de un oído habituado -obstinado, quizás- a oír pero no a escuchar. La única certeza era que la música amplificaba confesiones largamente atascadas en monólogos interiores. Y entonces el silencio se hacía realidad.
Jamás fuimos tan sinceros como en esa expresión por transferencia, en esos acordes que sí supieron pronunciar lo que tanto nos empeñamos en callar. Entonces conservamos el silencio para que la palabra no mutara en sedimento y no dejara al descubierto la ansiedad. Y revestimos al momento con un halo solemne. Ese órden que es el flujo incesante del estar, en toda su despierta inmediatez. En todo su compleja naturalidad.
(La mañana se anticipa al movimiento. Esta noche ya no es nuestra. Somos alguien más).

Tuesday, January 10, 2006

Duermevela

Mi cuerpo se ha habituado al tiempo quieto. A un estado de duermevela en el que nada pasa, en el que la acumulación de ansiedades varias se ha perpetuado en un coágulo casi natural. En un músculo involuntario. En un órgano más (y no precisamente un órgano vital). Me escurro en el espacio y soy una partícula de polvo. Un fragmento que transmigra, silencioso, hacia lo inconcluso, hacia el cinismo y el absurdo. Hacia cualquier lugar. El instante que nace y muere sin jamás tocar. Esa partícula perfecta que si acaso no podemos retener es porque lo divino es siempre inmune a nuestra suciedad.