Sunday, October 29, 2006

autosecuestro

La incertidumbre había encontrado en la quietud, su casa. La estática inconforme de la llaga. Una herida. Y una que no sana. Entonces, buscaba confort en la resignación, pero siempre llegaba la nada. Que no cedía. Que no se disecaba. Que más bien se coagulaba entre estómago y garganta.
Entonces, el pensamiento se vencía.
Y aparecían mis voluntades secuestradas.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

igual que las mias...

8.11.06  

Post a Comment

<< Home