Sunday, December 11, 2005

algoritmo

Era entonces cuando me entregaba a contemplaciones cualquiera, sin necesidad de andar restregándome los ojos para ver más claro el tamaño de tus actos. Me lavaba las manos, también, para limpiar toda huella o todo rastro que evidenciara mi presencia en el engaño; sin embargo, seguía empeñado en la ceguera sucia para seguir viviendo el simulacro, la falta de fe y la presencia del pecado.
En todo caso, siempre tú. Y detrás tuyo, algo.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home